Cuando el cuerpo se resiste a "abusar" de sí mismo, ¡se produce el agotamiento! El burnout es un estado de agotamiento psicofísico y emocional que se produce tras varios años de agotamiento del organismo. Tal persona ya no tiene la energía adecuada, es difícil mantenerse despierto y no puede concentrarse, pero eso no es todo.
agotamiento también podemos tomarlo como una ayuda de la naturaleza, un serio recordatorio que le muestra a una persona que no está en el camino correcto, que no está viviendo su vida, al menos no como podría hacerlo.
Con los síntomas que aparecen, el cuerpo obliga a la persona a cambiar. La pone en un estado en el que obtiene una idea de su propio desempeño hasta el momento y se da cuenta del otro valor de su vida.
Y lo alienta a acercarse a sí mismo, a hacer algo por sí mismo, a salir del círculo vicioso de perseguir constantemente resultados y abusar de sí mismo y de su energía.
Veamos algunas señales de que estás en camino a agotamiento.
1. Estás estresado todo el tiempo
No tienes un minuto para descansar. Incluso pasas tu tiempo libre haciendo múltiples tareas. O pierde todo el tiempo pensando en lo siguiente que debe tachar de su lista de tareas pendientes, el siguiente conjunto de tareas que le esperan cuando termine lo que esté haciendo. Nunca te relajes. Estás en constante movimiento y estrés.
2. Tu estado de ánimo cambia rápidamente
De repente te enfadas. Cuando la cosa más pequeña sale mal, sientes que todo el mundo está en tu contra. Sientes que todo va mal. Enojarse con las personas que no han hecho nada malo. Estás enojado todo el tiempo y no puedes parar.
3. Nunca te duermes satisfecho
Si te quedas dormido en absoluto. Siempre sientes que deberías estar haciendo más. Siempre sientes que tu lista de logros es demasiado corta. Incluso cuando pasa el día corriendo, todavía siente que necesita exprimir un poco más la productividad. Sientes que no estás alcanzando todo tu potencial.
4. Tu autoestima está disminuyendo rápidamente
Cuando cometes el más mínimo error, sientes que no eres lo suficientemente bueno. Sientes que estás detrás de todos los demás de tu edad. Sientes que ya deberías haber logrado más y ese es el único pensamiento que ocupa tu mente. Cada segundo te recuerdas por qué no hiciste algo mejor. Actúas como tu peor enemigo y nunca termina.
5. Has descuidado lo básico
No comes lo suficiente. Sáltate el lavado. No te lavas los dientes. Las cosas que normalmente haces sin pensar de repente parecen tan grandes. Sientes que no tienes tiempo para las cosas para las que deberías dedicar tiempo. Sientes que el trabajo que tienes que hacer es más importante que tú.
6. Lloras sin motivo real
Te derrumbas al azar y lloras sin saber por qué. Te sientes muy emocional de la nada y el sentimiento va y viene tan rápido como tu ira. Sientes que ya no tienes el control de tus emociones. Sientes que tu cuerpo está haciendo las cosas a su manera de vez en cuando, pero en realidad no estás escuchando lo que te dice. Ignoras todas las señales para reducir la velocidad.
7. Te niegas a reducir la velocidad, incluso cuando duele
No quieres tomarte un descanso porque no quieres quedarte más atrás. No querrás perderte grandes oportunidades. Sabes que necesitas esforzarte constantemente para lograr grandes cosas, pero estás llevando esta mentalidad demasiado lejos. Nunca te permitas descansar y recargar energías. Nunca tomes vacaciones, aunque tu cuerpo y tu mente te lo pidan.
¡Detener! Toma tiempo para ti mismo. ¡Ahora!