A veces olvidamos que la crianza de los hijos, como el amor, no es algo que surja de forma natural.
Libro La forma danesa de crianza de Jessica Joelle Alexander e Iben Dissing Sandahl, en realidad ofrece una respuesta a la pregunta de qué hace que Dinamarca sea el país más feliz del mundo y cómo los padres daneses crían niños felices, seguros de sí mismos y exitosos.
"Para los daneses, la autenticidad comienza con la comprensión de las propias emociones. Si enseñamos a nuestros hijos a reconocer y aceptar sus propias emociones auténticas, ya sean buenas o malas, ya actuar de acuerdo con sus valores, no se dejarán descarrilar por los desafíos y obstáculos de la vida. Ellos sabrán que hicieron lo que sintieron que era correcto. Serán capaces de reconocer sus propios límites y respetarlos. Esta brújula interior, auténtica autoestima basada en valores, se convierte en la guía más fuerte de la vida y no se doblega ante las presiones externas”. ellos dicen.
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Aunque definitivamente deberías leer el libro, destacamos seis consejos esenciales que te ayudarán a encontrar la respuesta a la pregunta de ¡cómo lo hacen!
1. Revisa tus reglas y actividades establecidas
Sus actividades en curso son aquellas acciones y reacciones que tiene cuando está demasiado cansado para pensar y buscar una mejor manera u opción. Simplemente reaccionas instintivamente, con cierta pereza, para llegar rápidamente a una solución. Las actividades y reglas regulares también pueden ser el resultado de su educación.
Haz una lista de tu comportamiento y reacciones hacia los niños cuando estás de mal humor y trata de averiguar cuál de ellos te gusta menos para que puedas controlarlos la próxima vez. Es mucho más fácil cuando eres consciente de ellos.
2. El juego espontáneo e independiente puede hacer que su hijo esté menos ansioso
Las madres a menudo se sienten culpables porque no juegan lo suficiente con sus hijos, sino que tratan de hacer las tareas del hogar como un pulpo y estar disponibles para los compañeros de trabajo si necesitan algo.
Los daneses aparentemente valoran mucho más el juego espontáneo e independiente de los niños. Lo ven como una manera de construir la autoestima de un niño. Permitir que los niños jueguen libremente solos o con otros les enseña habilidades ingeniosas: cómo manejar una situación sin que mamá intervenga para ayudar.
Sentir que pueden manejar situaciones de forma independiente mejora el sentido de control de un niño. Entonces se dan cuenta de que en realidad pueden hacer mucho por sí mismos, que no necesitan la ayuda de sus padres. De esta manera, se vuelven más valientes, se esfuerzan más y crece su confianza en sí mismos.
Un niño que cree que tiene el control de su vida es menos probable que se deprima porque sabe que tiene el control de algunas cosas.
¡Así que no se sienta culpable por dejar que los niños jueguen solos!
3. Elogie el esfuerzo, no la solución
Los padres en Dinamarca se enfocan en el trabajo y el esfuerzo que implica completar una tarea en lugar del resultado final real. En lugar de hablar de lo inteligente que es su hijo cuando pasa un examen con una puntuación perfecta, enfatizarán el enfoque que mostró el niño para obtener una buena puntuación.
El estímulo dirige al niño al pensamiento correcto en crecimiento y desarrollo: "No crezco porque obtuve una A, sino que crezco porque desarrollo habilidades y trabajo duro". Por otro lado, los niños que creen que la única prueba del éxito es el resultado pensarán que la inteligencia es algo que tienen o no tienen.
Así que acepte que el niño a veces se frustrará con tareas difíciles que requieren mucho esfuerzo. Nunca olvides elogiarlo cuando complete la tarea por su perseverancia.
4. Separar el comportamiento de la persona
Jessica Joelle Alexander dice que su hijo tenía la costumbre de esconderse de la gente, y ella le puso excusas y les dijo a todos lo tímido que era. Una y otra vez. El niño se volvió cada vez más tímido al identificarlo con lo que estaba haciendo. Pero él solo estaba pasando por una cierta etapa en su desarrollo.
Si supiera entonces lo que sabe ahora, podría definir el problema en un contexto positivo con la oración: "Actualmente está disfrutando de la compañía de personas famosas".
Los padres en Dinamarca rara vez se enfocan en situaciones negativas, sino en ayudar al niño a encontrar una solución positiva. No etiquete al niño con las palabras que es tímido, torpe, sin talento. Ni siquiera les digas que son malos cuando se portan mal, pero diles que son buenos y su comportamiento no lo es.
5. Enséñeles cómo comportarse y mostrar emociones para evitar la presión de grupo
La empatía es difícil de aprender en una sociedad egoísta. Hable con su hijo sobre cómo se siente el personaje de dibujos animados cuando sucede algo malo o bueno. Pregúnteles si alguna vez se han sentido así.
Una vez que entiendan las diferentes emociones, anímelos a usar este conocimiento con frecuencia.
A medida que los niños crezcan, podrá explicarles cómo sus acciones pueden afectar a los demás ya ellos mismos de cierta manera. Después de todo, una vez que experimentan estas emociones, rara vez se dejan guiar por influencias externas como las drogas, el alcohol, la influencia de la mala sociedad, etc. Sabrán que son los dueños de su respuesta emocional.
Consejo: Cuando estés feliz o triste, deja que tus hijos vean tu lado humano. Si puede explicarles cómo se siente con palabras que entiendan. Y luego déjales ver cómo superas las emociones negativas.
6. Desvíate de los problemas en lugar de recurrir al chantaje
Es extremadamente difícil mantener la calma cuando su hijo continúa haciendo algo que ya le ha dicho que está mal. Sin embargo, este libro ofrece una solución: evitar problemas en lugar de castigarlos.
Jessica Joelle Alexander cita su propio ejemplo de su hijo de cuatro años que discutía constantemente con su padre sobre dónde podía jugar con cierto juguete. El padre le dijo que debería estar en su habitación, pero el hijo quería deambular por la casa. Escuchó a su esposo explicarle nuevamente las condiciones que había puesto, y su hijo solo dijo: "No." En ese momento, su esposo agarró el juguete y comenzó a hacerle cosquillas a su hijo, diciéndole que era mejor jugar con él en su habitación. Y el conflicto se resuelve.
Tales situaciones pueden convertirse fácilmente en un ultimátum. "Juega con este juguete en tu habitación o no jugarás con él en absoluto". En su lugar, redirija el problema al humor. El mensaje sigue siendo el mismo, pero sin las lágrimas y la mala voluntad.
Consejo: en lugar de un ultimátum, sugiera una forma de salir de una situación acalorada. Trate de ser un maestro tranquilo y mantenga la seriedad y el rigor para las situaciones que realmente lo necesitarán.