No finjas que estás bien cuando te sientes mal. No tiene nada de malo admitir que no todo es perfecto, que solo eres humano con defectos.
No vivimos en un mundo perfecto. Nadie es perfecto. Ni tú, ni él, ni yo. Todos caemos alguna vez y no hay nada de malo en ser vulnerable. No tiene nada de malo no ser fuerte, querer ayuda y abrazos.
Cuando sientas que te estás cayendo y ya no te sientas fuerte, recuerda que...
1. La gente a veces malinterpreta lo que realmente significa poder.
La fuerza no significa que siempre estés de buen humor y que nunca derrames una sola lágrima. Fuerza no significa que seas autosuficiente y que nunca necesites una mano amiga. La fuerza no significa que vas por la vida sin preocupaciones porque puedes manejar todo lo que la vida te depara.
Fuerza significa que sigues adelante incluso cuando es difícil. Cuando te sientes perdido y solo. Fuerza significa que todavía estás aquí, todavía de pie y esperando un futuro brillante.
2. Si trabaja duro durante demasiado tiempo, puede lastimarlo.
El problema no es que te sientas débil en este momento. Pero durante demasiado tiempo has sentido la presión de mantenerte fuerte. Estabas conteniendo tus emociones. Tenías cara de valiente. Actuaste como si todo estuviera perfectamente bien, y no como lo haces normalmente cuando un millón de cosas estaban mal. No puedes fingir para siempre. Te guste o no, eventualmente te rompes.
3. A veces, lo mejor que puedes hacer es admitir que necesitas ayuda.
No tienes que hacer todo tú mismo. No tienes que alejar a otras personas en nombre de la independencia. No tiene nada de malo mostrar tu vulnerabilidad, expresar tus sentimientos y pedir ayuda. No debes avergonzarte de lo que estás pasando en este momento. Todo el mundo pasa por momentos difíciles a veces. Todo el mundo toca fondo tarde o temprano. Lo mejor que puedes hacer es admitir que no tienes todas las respuestas y que necesitas ayuda.
4. Tus momentos más débiles te harán más fuerte.
Puede sentirse impotente en este momento. Puede parecerte que todo va mal. Todo esto pasará. Estarás bien. Saldrás de estas situaciones aún más fuerte que antes. Y cuando mires hacia atrás, te darás cuenta de lo fuerte que fuiste para sobrevivir a este dolor. Te convertiste en una persona diferente. Más fuerte.
5. Sé honesto contigo mismo, esto es más importante que pretender ser fuerte.
No quieres vivir una mentira. No quieres fingir que estás bien cuando te sientes mal. Tienes que ser honesto acerca de tus pensamientos y sentimientos. Tienes que admitir que hay un problema y tienes que trabajar para arreglarlo. Dígase la verdad, incluso cuando sea más fácil fingir que todo está perfectamente bien. El verdadero poder radica en ser honesto contigo mismo.
6. A veces fingir ser fuerte no es tu mejor opción.
A veces es bueno llorar. A veces es bueno abrirse a sus seres queridos y confiarles lo que está pasando. A veces es bueno dejar que esos muros se derrumben porque esa es la mejor manera de reconstruirte a ti mismo. Permítete caer y serás aún más fuerte.