¿Te sientes incómodo cuando las cosas no salen como imaginabas? Si respondiste que sí, hazle un favor al nivel de estrés de tu cuerpo y descubre cómo puedes soltar el volante de una vez por todas.
A veces es bueno tener el control
Encuentra una tarea que puedas delegar a otra persona. No será fácil y estarás tentado a hacer el trabajo por él, a tu manera, pero con un poco de práctica obtendrás pruebas de que alguien más puede hacer el trabajo tan bien como tú. Sólo tienes que confiar en él.
Intenta algo nuevo
Los fanáticos del control temen el fracaso, y el miedo les impide obtener valiosas experiencias de aprendizaje. Si el espíritu libre actúa imprudentemente, el "control-freak" necesita control y evita cualquier riesgo. Cambia eso. Pruebe un plato inusual del menú, escuche música diferente a la que está acostumbrado. ¿Que es lo peor que puede pasar?
Desafía tu percepción
Su necesidad de control puede provenir de un miedo al desastre. Si no envías tú mismo el paquete, no llegará y todo saldrá mal. Si te quedas dormido en el trabajo, serás despedido.
Deténgase por un momento y pregúntese honestamente: "¿Qué pasará si me duermo una mañana?" ¿Perderá su trabajo o su superior simplemente le pedirá que tenga más cuidado? Aún más probable, si nunca has llegado tarde, nadie se dará cuenta. Si se toma un momento para pensar en los escenarios realistas de su acción, se volverá menos tenso.
Profundiza en ti mismo
Según los psicólogos clínicos, es necesario investigar los motivos detrás de su necesidad de control. ¿Quizás perdiste el control en alguna parte de tu vida que te hizo sentir impotente y quieres evitar ese sentimiento nuevamente? ¿Quizás te sientes débil o manso por dentro y desesperado por probarte a ti mismo? ¿Quizás solo anhelas las recompensas que vienen con ser reconocido por tus logros? Para algunas personas, el deseo de control surge del deseo de sentirse más valiosos; si se toma el tiempo para explorar esto, es posible que pueda superar estos sentimientos estresantes un poco más rápido.
Meditar
El yoga, la meditación, las caminatas rápidas o una taza de té relajante pueden ayudarte a deshacerte de preocupaciones innecesarias por unos momentos. Se ha comprobado que las acciones antes mencionadas reducen el estrés, lo que a menudo provoca la necesidad de control.