Puedes comer almendras como un refrigerio saludable sin pensarlo mucho, pero hay un truco simple que las convierte en un verdadero superalimento. Lo único que tienes que hacer es dejarlos en remojo en agua durante la noche. ¿Por qué? Porque esto desencadena una serie de cambios positivos que tienen un efecto profundo en el cuerpo, desde una mejor digestión hasta una mejor absorción de nutrientes.
