Tu tristeza no es una debilidad. Hay fuerza en su vulnerabilidad. Debes estar orgulloso de ti mismo por ser honesto acerca de tus sentimientos porque la mayoría de las personas no los admiten. No se dan cuenta de que tienen un problema y que necesitan hacer algo para solucionarlo.
De alguna manera extraña y complicada, la tristeza es felicidad, porque es un indicador de que algo necesita cambiar en la vida. Es un despertar. Esta es una advertencia de que si continúas por este camino, serás infeliz.
El primer paso es admitir que quieres un cambio. Quieres volver a ser feliz. Quieres hacer un esfuerzo.
No debes avergonzarte de tu tristeza porque no alejará a las personas adecuadas. Las personas adecuadas te ayudarán a superar tus problemas. Estarán ahí para ti cuando estés pasando por momentos difíciles. Sabrás que no estás solo.
Siempre habrá personas a las que les cueste entender tu tristeza. No lo entenderán porque no lo han experimentado. Estas personas no pertenecen a tu vida. Su negatividad envenena tu alma. Di adiós a ellos.
No debes avergonzarte de tu tristeza. No sientas que estás solo en tu dolor, confía en quienes te aman. No llores en la oscuridad. Solo.
Pero tampoco publiques tu tristeza en las redes sociales. No compartas los detalles de tu ataque de pánico por una oportunidad perdida, amor… no compartas tu tristeza con ellos.
Aunque sientas que eres la única persona que conoces pasando por el infierno, hay personas a tu alrededor que están sufriendo en silencio. No tienes que hablar sobre tu dolor si te hace sentir incómodo. Pero debes recordarte a ti mismo que no eres el único que sufre este dolor. Usted no está solo.
No importa cuánto duela, debes recordar que la tristeza no durará para siempre. En este momento sientes que nunca mejorará. Te sientes vacío. Desesperanzado. Impotente.
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Tarde o temprano, la tristeza pasará y se convertirá en alegría. ¡La tristeza te ha dejado experiencias valiosas para la felicidad!